Manto sagrado con el que te acercaste y yo, tan profana.
Mi formación religiosa.
El tiempo de la fé y no pudiendo creerte nada.
Meditación, reflexión, entrega: el cuerpo de Cristo.
Sangre, mucha sangre, muchas veces sangre.
Lo alcanzamos, pocas veces juntos, pero lo alcanzamos.
El agua Y Confesé.
Sangre, mucha sangre, tu peor sangre, pero tu sangre.
Escribíamos una palabra y leíamos otra.
Reíamos de nuestro juego y cambiábamos reglas.
Venerábamos lo simbólico y nos emborrachábamos.
De fé.
Lo habíamos visto sepultado y no resucitaba.
Y perdimos nuestras miradas.
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